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"China vuelto para quedarse" - entrevista con Marcelo Muñoz

Iberchina entrevista a Marcelo Muñoz, que acaba de publicar un nuevo libro, "China ha vuelto para quedarse". Marcelo Muñoz es uno de los empresarios españoles pioneros en trabajar con China, con la que inició actividades a fines de los años setenta del siglo pasado. Ha sido presidente y fundador de Cátedra China, organización de la que es en la actualidad presidente emérito. Es sin duda uno de los principales referentes sobre China en España.

“China ha vuelto para quedarse”: ¿cuál es la tesis central de su libro? ¿Qué objetivo ha perseguido con él?

La tesis central es que China fue primera potencia mundial durante 2.000 años y ahora vuelve a serlo, tras un siglo de ausencia por las agresiones extranjeras, por su guerra civil y su propio declive desde mitad del siglo XIX.

Ahora es ya la segunda potencia mundial en todos los aspectos, pero Occidente, por su supremacía en los dos últimos siglos, no le quiere dejar hueco, ni reconocer su realidad.

Con su dilatada experiencia con China, de más de 40 años, ¿cómo valora la transformación que ha registrado el país?

China ha conseguido, en 40 años, pasar de potencia 120ª a 2ª potencia mundial: una transformación como nunca antes se había conocido en la historia por su rapidez, su profundidad y porque ha afectado al 20% de la población mundial y ha beneficiado enormemente a todo el planeta.

He tenido la suerte de poder observar ese cambio, día a día y desde dentro. Pero Occidente no se lo acaba de creer, y, sobre todo, no asimila lo que ese “salto” significa en el mundo.

Usted tiene una larga experiencia empresarial en China. ¿Cómo ha cambiado la posición de la empresa española en estas décadas?

La empresa española se ha beneficiado de ese gran “salto”: desde los 100 millones de dólares de intercambio comercial con China en 1978, a los casi 45.000 millones de 2021.

Pero no nos podemos dejar llevar por el espejismo de las cifras totales: importamos casi cuatro veces más que lo que exportamos. Y nuestro comercio con la primera potencia comercial del mundo debería haber adquirido mucho mayor volumen, dada nuestra potencia industrial y tecnológica y la complementariedad de algunos de nuestros productos y sectores con la demanda china.

En 2023 se conmemoran los 50 años del establecimiento de relaciones diplomáticas entre España y China? ¿Qué valoración hace de estos 50 años? ¿Qué se debería hacer desde España para potenciar la relación con China?

Sin duda es una buena oportunidad para hacer un balance.

En principio, nuestras relaciones políticas son muy buenas, con un acuerdo estratégico muy positivo. Lógicamente, desde nuestra participación como miembros importantes de la Unión Europea, debemos ir a una con la Unión, pero, en mi opinión, deberíamos tener una estrategia propia muy clara y a medio largo plazo, presionando a la Unión Europea, que nos permita influir en su estrategia con China y modificarla.

Por ejemplo, nos es urgente unirnos al proyecto de la Nueva Ruta de la Seda, que está absorbiendo, cada año, un billón de dólares. Para ello, el gobierno español debería adherirse a este proyecto como lo han hecho ya 120 países: estamos perdiendo oportunidades de negocio cada año. Es urgente, pues, que presionemos a la Unión Europea para que levante el veto a este macroproyecto, que a Estados Unidos no le interesa, pero a nosotros sí.

Todas las Administraciones, la CEOE y todas las organizaciones empresariales deberían potenciar la utilización, para nuestro comercio con China, del corredor Yiwu-Madrid, la línea ferroviaria más larga del mundo, y uno de los corredores más importantes entre los más de 50 que ya ha puesto en marcha la Nueva Ruta de la Seda; corredores que están posibilitando la red de conectividad global terrestre nunca antes conocida.

Los corredores marítimos Pacífico-Índico-Mediterráneo tienen terminales en los puertos de Barcelona, Valencia y Algeciras. Debemos apoyar el desarrollo de estos puertos nuestros, como enclaves importantes de la Nueva Ruta de la Seda para el incremento de nuestro comercio con China.

Por ejemplo, presionemos al gobierno español para que acepte -de momento lo ha rechazado- el proyecto chino de crear, en el Campo de Algeciras, un centro logístico de distribución de productos a los mercados europeos y africanos, dentro del programa de conectividad global de la Nueva Ruta de la Seda, que incluye, a medio plazo, el túnel bajo el estrecho de Gibraltar.

Quiero subrayar que todo esto lo detallo, con muchos más datos y análisis pormenorizado, en los correspondientes capítulos de mi libro.

¿Qué puede aportar China a la comunidad internacional?

Veamos, primero, algunos ejemplos de lo que ya aporta y en gran medida se silencia en Occidente:

-China viene aportando un 30% de todo el crecimiento económico global.
-China es el primer socio comercial de 142 países.
-China defiende la ONU y todas sus Agencias como la representación más plural de la comunidad internacional.
-China impulsa el G-20 como embrión de gobernanza global, participa en todas las instituciones multilaterales, en los acuerdos comerciales más amplios, en las cumbres del clima, en las diversas cumbres continentales…
-China participa activamente en todas las instituciones multilaterales más inclusivas como los BRICS, APEC, el Foro Davos, el Foro Boao…
-…y otras mil iniciativas de la comunidad internacional que afectan a los 8.000 millones de habitantes del planeta, muchas de ellas descritas en mi libro.

¿Qué perspectivas ve a la guerra comercial, y otras tensiones, entre China y Estados Unidos? ¿Es inevitable el llamado “desacoplamiento”?

-No estoy de acuerdo con la tesis de Allison de la “trampa de Tucídides” porque China busca el diálogo, no la confrontación, de acuerdo con su filosofía política confuciana.

Estados Unidos basa su estrategia en “contener” a China, es decir, frenar su desarrollo económico, su nivel de vida, su avance tecnológico y científico…Vano intento porque, a pesar de todo el esfuerzo, las presiones y los vetos que Estados Unidos está poniendo para “contener” a China, China sigue creciendo en todos esos niveles. Como digo en el último capítulo de mi libro, “China ha vuelto para quedarse y se queda”. Ésa es mi tesis. Y ¡tiempo al tiempo!

En sus escritos señala que con frecuencia se ofrece una imagen distorsionada o sesgada de China. ¿En qué aspectos se transmite en su opinión una visión de China que no se corresponde con la realidad?

Se habla muy poco de los logros de China, de las claves por las que China ha conseguido llegar a 2ª potencia en tan sólo 40 años, del modelo económico chino, de su modelo político…

Se denuncia de China una lista interminable de deficiencias, errores, amenazas…casi siempre sin datos concretos, sin contextualización…y se silencia lo que Chin avanza y está aportando al avance global. ¿Y si India hubiera avanzado a la par con China?

Por último, ¿está ya trabajando en un nuevo libro sobre China?

De momento, estoy preparando la adaptación de “China ha vuelto para quedarse” a la edición china; este libro está escrito para el lector español; hay matices que hay que adaptar al lector chino, empezando por el título que, probablemente, será “¿Diálogo Occidente China?”. Alguna gran editorial china está ya interesada en su edición.

El título siguiente será, en un plazo prudencial, “Teocracia, Yihadisno terrorista y Confucio”, porque creo que ahí radica el mayor problema del siglo XXI.

¿Algún comentario más?

Sí, que invito a todos los que estáis interesados en la evolución de China y su peso en la comunidad internacional, a que escuchéis lo que mis contertulios chinos opinan sobre los problemas de este siglo XXI y sus vías de solución.

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